Fase 1: Conocer a un arquitecto
Luis Barragán (1902-1988) fue un arquitecto mexicano que se convirtió en una figura famosa por poder combinar el modernismo con la esencial de la arquitectura tradicional mexicana. Su trabajo era característico por el uso del color y la luz creativa, formas simples, así como su capacidad de combinar el paisaje natural con las estructuras arquitectónicas.
Nacimiento y educación
Nació el 9 de marzo de 1902 en Guadalajara, Jalisco, en una familia acaudalada. Creció en una hacienda, lo que le permitió ensamblar la vitalidad desde su juventud, algo que sería crítico en su trabajo. Estudió ingeniería civil en la Escuela Libre de Ingenieros en Guadalajara, pero solo mientras estaba en Europa descubrió que la arquitectura era su verdadera pasión. Allí, aprendió sobre los estilos actuales de arquitectura, especialmente el trabajo de Le Corbusier, así como los jardines mediterráneos y la obra Ferdinand Bac, un paisajista cuya obra influiría en él fuertemente.
Barragán regresó a su tierra natal para descubrir y mezclar a Europa y sus ideas con la tradición y vanguardia mexicana. Por lo tanto, comenzó a experimentar con diferentes ideas y enfoques y formó su estilo único.
Primeras obras y evolución
Barragán abrió su propio estudio en Guadalajara, obtuvo varios proyectos de casas y las diseñó conforme a los principios modernos y tradicionales adquiridos. Sin embargo, al mudarse a Ciudad de México en 1935, desarrolló su estilo y enfoque. Se rebeló contra las reglas estrictas del funcionalismo popular en ese momento. Dejó de preocuparse solo por la funcionalidad de las estructuras y se preocupó por cómo los espacios influyeron en los usuarios. Tal enfoque contemporáneo, que incluye la luz, el color y la materialidad que se usan en los distintos espacios.
Entre sus primeros logros está su Casa Estudio Luis Barragán, construida en 1948, que refleja su enfoque único de la arquitectura. La casa en el distrito de Tacubaya en la Ciudad de México demostró su capacidad de combinar el ultra-moderno con lo antiguo de manera sugestiva y serena.
OBRAS MÁS CONOCIDAS
Barragán diseñó con el artista Mathias Goeritz las Torres de Satélite de 1957. Las torres coloridas y abstractas tienen ya casi setenta años, y fueron hechas para simbolizar la modernización de la Ciudad de México.
Otra de las obras icónicas más famosas del arquitecto mexicano es la Casa Gilardi de 1976, una residencia en la ciudad que es bien conocida por el uso casi lúdico de los colores rosado, azul y amarillo, así como por la manera en la que Barragán utilizó de la luz y la naturaleza en la obra.
La citada Capilla de las Capuchinas (1952-1955) es uno de los recintos más emblemáticos de Luis Barragán, ubicado en Tlalpan, Ciudad de México. En esta obra, Barragán fusiona lo espiritual con lo material, creando un espacio íntimo y de contemplación. La capilla es famosa por su sencillez, así como por sus colores rosa y amarillo que, combinados con la luz natural, ofrecen un ambiente sereno y místico.
FILOSOFÍA DE DISEÑO
La filosofía de diseño de Barragán no se limitaba a los edificios funcionales. Según él, la arquitectura debía ser un fenómeno emocional y espiritual, contemplativo e introspectivo. Esta idea se manifestaba en su enfoque único de la luz y los colores. Barragán jugaba con ellos e inflaba su impacto sobre las personas que visitaban sus edificios.
A diferencia de otros arquitectos de su tiempo, Barragán no buscaba solo la eficiencia. Él quería que sus espacios fueran lugares donde la gente pudiera detenerse, reflexionar y conectarse tanto con el entorno como con sus emociones.
RECONOCIMIENTO Y LEGADO
Luis Barragán fue galardonado con el Premio Pritzker en 1980, el mayor reconocimiento en el mundo de la arquitectura. Fue el primer y único mexicano en recibir este premio, lo que consolidó su estatus como uno de los grandes maestros de la arquitectura a nivel mundial.
Hoy en día, su legado sigue vivo. La Casa Estudio Luis Barragán fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 2004, y su obra continúa inspirando a arquitectos de todo el mundo. Su capacidad para crear espacios que trascienden lo funcional, y que son profundamente humanos y emocionales, lo coloca como uno de los arquitectos más importantes de la historia.
Luis Barragán dejó una marca imborrable en la arquitectura mexicana y mundial. Su habilidad para fusionar lo moderno con lo tradicional, y su enfoque centrado en la experiencia humana, lo convierten en un referente inigualable en el mundo de la arquitectura.
«No me interesa la arquitectura como un fin en sí misma, sino como un medio para lograr el bienestar humano, espiritual y emocional.»
BARRAGÁN, L. (1996). Luis Barragán: Escritos y Conversaciones. México: Editorial Gustavo Gili.
Luis Barragán mediante la presente cita encapsula perfectamente su filosofía de diseño y perspectiva de la arquitectura desde su punto de vista.
Comentar que dicha cita me recuerda al texto de «Atmósferas« de Peter Zumthor, en donde se da la importancia a la atmosfera creada por la conjunción de los distintos materiales, tonos de colores y luces que convierten un espacio lleno de bienestar que trasciende lo humano traspasando lo espiritual y emocional.
Fase 2: Quiero ser arquitecto, Alberto Campo Baeza
«Quiero ser arquitecto« es una obra escrita por el reconocido arquitecto español Alberto Campo Baeza , publicada en el año 2013. Con una trayectoria que abarca años como catedrático en la Escuela de Arquitectura de Madrid y una amplia experiencia docente internacional, Baeza logra transmitir su pasión por la arquitectura de una manera atractiva.
Este pequeño volumen se presenta como una guía ideal para quienes comienzan a adentrarse en el fascinante mundo de la arquitectura. No solo ofrece recomendaciones sobre arquitectos españoles y lecturas clave para ampliar nuestros conocimientos, sino que también nos invita a explorar la esencia misma de la arquitectura, mostrando tanto sus maravillas como sus dificultades. A través de su propia experiencia, Baeza proporciona consejos valiosos sobre la carrera, las escuelas, las asignaturas más importantes y, lo más relevante, nos orienta sobre las habilidades necesarias para destacar en esta profesión.
Desde mi perspectiva, este libro es una muy buena herramienta para cualquier persona que aspire a convertirse en arquitecto. Me ha impresionado su enfoque equilibrado: mientras muestra al arquitecto como un soñador creativo, también subraya la exigencia y el esfuerzo que conlleva esta carrera, un aspecto que a menudo se pasa por alto en otras obras que tienden a idealizarla. Esta lectura me ha ofrecido valiosas orientaciones sobre cómo seguir avanzando en mis estudios y aprovechar mejor mi tiempo para alcanzar mis metas, tanto profesionales como personales.
Otro aspecto que me llamó la atención fueron los gráficos y el diseño de las ilustraciones, que complementan de forma excelente el texto. Además, el estilo narrativo de Baeza es muy cercano, haciendo que el lector sienta que está recibiendo consejos de un amigo o familiar experimentado que comparte sus aprendizajes sobre la vida y la profesión.
En definitiva, «Quiero ser arquitecto» no es solo un libro, es una invitación a soñar y a prepararse para una emocionante travesía en el mundo de la arquitectura. ¡Sin duda, una lectura inspiradora para muchos!